Miguel Morales Ruiz
Carlos Morales
La mujer dormida
Fuego toco y boca
me aplasta la humareda
ese gesto intenso de sus hombros
cuando duerme y todo
es
silencio blanco
instantes derramándose hacia el fondo
del mundo
la luz por la ventana
Yo pongo lo preciso
dialogo en voz baja
me arrastro tras el tacto como un ciego
soy un manantial de vino sólo
que corre mientras duerme
sobre sábanas rojas y rasgadas
y fluye hacia su voz
lentamente
ola alejándose
Y yo no sé qué hacer con el rumor
de todas estas rosas
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3 comentarios:
Bella poesía, preciosa imagen.
Saludos.
Que hermoso... Cuánta belleza y ternura hay desbordándose en tus palabras.
De nuevo me inclino ante tu verbo, Carlos.
Un abrazo.
Perfecta conjunción poema-fotografía. Del poema ya opiné antes, es de una belleza y delicadeza que conmueve.
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