Carlos Morales
Conspiración del fuego
Penetran sin llamar furiosos los amantes
augures de la lluvia
fluyendo como abejas estivales al rumor del polen
al banquete nupcial de los furtivos
ríos en el pecho
Sacerdotes denudos lanzándose manzanas
animales hinchados unos junto a otro
se rompen los amantes
con la fiebre que inflama la roja cintura de las bailarinas
se persiguen y enroscan en el jardín secreto
de su tarde madura
de los ojos se toman
de los brazos
como hilillos de agua cruzando las umbrías
entre sábanas rotas crujen los amantes
tiemblan
se envenenan
y se dejan morir en la conspiración del fuego
navéganse y encallan
y no saben huirse
ni yo
quedar
tampoco
Carlos Morales, S, Ed. Catoblepas, Madrid, 1984.
1 comentario:
Perfecta descripción, Carlos, no sólo expresas las sensaciones físicas sino la compenetración de las almas.
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